En el anterior post te hemos hablado sobre el turismo en España, pero como no queríamos hacerlo demasiado extenso, hemos preferido darte a conocer otro de los aspectos de la oferta nacional a través del presente artículo. Y como verás por el título, nos vamos a alejar del bullicio y te vamos a llevar a tierras donde el reposo y la tranquilidad son un hecho. Déjate mimar por nuestros consejos.
Lo primero que tienes que hacer es utilizar un buscador de balnearios para encontrar el recurso que más se adapte a tu presupuesto o a lo que entiendas como lugar de reposo. Una vez que lo hayas localizado lo mejor es comparar ofertas y precio. Tal vez te guste el recinto porque sea un balneario antiguo que ha sido restaurado, o porque la zona no la conoces y quieres hacer excursiones por ella. Pero siempre está bien comparar diversos paquetes integrales que vas a encontrar en este tipo de establecimientos, porque tal vez tú busques unos baños termales y luego salir a pasear, pero puede ser que en realidad lo que necesites sean unos masajes relajantes. Por eso lo mejor es hacer un poco de trabajo de investigación y encontrar lo que más se adapte a tus gustos o necesidades.
Una vez que hemos reservado, hay que hacer las maletas (no te lleves un montón de ropa, viaja cómodo), sin olvidar echar ropa de baño. Eso sí, te recomendamos que utilices bañadores viejos o a los que tengas poco cariño. Ten en cuenta que en los balnearios las aguas suelen ser ferruginosas, sulfurosas y de varias tipologías, pero siempre conteniendo algún tipo de mineral. Si te llevas el conjunto más chic que tengas lucirás de miedo el primer día, pero el segundo seguramente tendrás que lamentar la aparición de manchas poco estéticas producidas por esos minerales. Así que ojo a esto.
Y cuando lleguemos al balneario, problemas fuera. Nuestra recomendación es que apagues el teléfono y te dejes llevar. Disfruta de la tranquilidad, de la paz y del sosiego, relájate tomando baños de agua caliente, practica las duchas de contraste, siéntete a gusto en los albornoces recién lavados que te van a dar en el recinto, coge un libro que sepas que te va a gustar y paladéalo mientras reposas, cómodamente, en alguna terraza soleada, sal por la noche a dar un paseo agradable después de cenar… La verdad es que la oferta es muy variada y, sobre todo, seductora, así que no nos extrañaría que estuvieras tentado de cambiar el sol, la playa y la sombrilla por dos días de completa y eficaz relajación entre aguas termales que van a dejarte como nuevo y te van a permitir recargar las baterías, que ya va haciendo falta, ¿no crees?