Los estereotipos tienen un peligro muy cierto: son precisamente eso, estereotipos. Se han ido creando con el paso del tiempo y han ido adquiriendo un formato inamovible. Se puede decir que muchos de ellos no son ciertos, pero debido a su trayectoria a lo largo del tiempo al final hemos acabado por interiorizarlos y convertirlos en realidad.
Uno de los más curiosos es el que se refiere a los detectives. En el enlace que te hemos dejado puedes consultar una página en la que puedes encontrar aquellos profesionales que buscas con facilidad y al mejor precio (como todo en esta vida también este sector está sufriendo la crisis, así que los precios son imbatibles). Si accedieses a contratar un detective para echar un vistazo a lo que es tu vida y sus alrededores seguramente quedarías sorprendido al ver entrar a un hombre completamente normal y sin aspecto de profesional de la lupa y del sombrero de ala ancha. Y ahí es donde se encuentra el estereotipo.
Porque está claro que las películas, series y dibujos animados nos han pintado a unos personajes oscuros, duros, con unas gabardinas excelentes que siempre les tapan todo el cuerpo. Pero la realidad es mucho más estandarizada que todo eso. Vamos a encontrarnos con gente muy profesional, eso es cierto, pero lo que no vamos a tener delante de nosotros es a un señor identificable. Porque además debes pensar una cosa: si nosotros tuviésemos la intención de controlar cualquier elemento de nuestra vida y contratáramos a un detective, una de las premisas es que la persona vigilada no se diese cuenta de que la están supervisando. Y si alguien sale a la calle vestido con gabán y sombrero, aun en pleno agosto, te podemos asegurar que no va a pasar desapercibido…
Por eso lo mejor es que confíes en la profesionalidad que te van a dar estos expertos y obtengas de ellos esos datos que necesitas para comprobar que lo que te rodea es de fiar. No serías el primero en ser afectado por las acciones de tus compañeros o de tu pareja, y en estos casos suele ocurrir que el más afectado es el que, por contra, se entera al final de todo. Así que lo mejor es despejar todas las incógnitas recurriendo a la contratación de un detective privado que no lleve ni gabardina ni sombrero, pero que sea lo suficientemente profesional como para darnos un informe completo de lo que queremos.