Para hacer una buena presentación, además de buenas pizarras blancas, con herramientas que te ayuden a transmitir un buen discurso, debes tener conocimientos de comunicación oral.
¿Cuántas veces has estado escuchando presentaciones orales que tratan temas interesantes pero tenías dificultad para prestar atención hasta el final? ¿Con qué frecuencia te has perdido porque en una presentación había un mal orador?
Muchas presentaciones son interesantes, pero sin embargo, son difíciles de seguir porque el orador, sin saberlo, hace una serie de errores de presentación.
Si eres consciente de lo errores que debes evitar, hay muchas posibilidades de que seas capaz de mejorar en gran medida la eficacia de tus presentaciones.
De hecho, el promedio de los asistentes en una conferencia está dispuesto a escucharte, pero también se distrae con facilidad. Debes saber que sólo una pequeña parte de las personas que han venido a tu charla o presentación están específicamente para escucharte. El resto está ahí por una variedad de razones, como esperar a que el siguiente orador hable o simplemente para obtener una impresión general del campo que estás tratando.
Debes saber, además, que la audiencia media presta atención durante una presentación de 30 minutos. Casi todo el mundo escucha al principio, pero a mitad de la presentación cae alrededor del 20% de la atención. Así pues ¿qué se puede hacer para llamar la atención de la audiencia durante toda la duración de tu charla?
– Habla en voz alta y clara.
– Divide tu presentación en varias partes, cada una terminada por una conclusión.
– Haz resúmenes intermedios. La gran ventaja de este enfoque es que cada elemento importante se dice varias veces.
– Evitar cualquier cosa que pueda animar a la audiencia a dejar de escuchar.
Además, si tenéis la posibilidad podéis dejar las conclusiones de vuestra exposición impresa y colgada en pizarras blancas magneticas, mejor que mejor. De esa manera, dejaréis constancia de vuestra intervención, para todo el que quiera pueda consultarla in situ.
Por mucho que hayan cambiado los tiempos, y existan diferentes vías de intercomunicación personal (foros, redes sociales, chat, videoconferencias, etc.) no hay nada mejor que asistir en vivo a una charla. Ese acercamiento entre orador y asistente está cargado de algo que se pierde en este tipo de comunicación, que mencionamos: los gestos, la posición de las manos, el movimiento, la sonrisa. En definitiva, lo que conocemos como kinésica y paralenguaje.
¡Suerte!