Si nos hemos decidido a invertir en metales preciosos, lo normal es que nos hayamos preguntado qué forma es la más adecuada para nosotros. Entre las opciones más destacadas nos encontramos con las monedas y los lingotes, pero, ¿por cuál de las dos deberíamos decidirnos?
En tiempos de incertidumbre económica, muchos invierten su dinero inteligentemente en metales preciosos para diversificar sus carteras y proteger su riqueza de cualquier crisis. El valor del dinero fiduciario fluctúa constantemente dependiendo de las impredecibles circunstancias políticas y sociales, por lo que es una buena idea decidirse a invertir en oro, plata, o cualquier otro metal, para evitar los riesgos.
Si has decidido convertir algunos de tus activos en metales preciosos, ya has dado el primer paso por el camino correcto. Sin embargo, tanto si eres un gran inversor o un particular, hay que tomar otras decisiones importantes antes de dar ese salto, y una de las primeras preguntas que los inversores se hacen a menudo es si deberían comprar lingotes o monedas.
Ambos métodos son compactos, apilables y fáciles de almacenar pero, aparte de las diferencias físicas, las monedas y los lingotes tienen cada uno ventajas y desventajas que los hacen más convenientes para algunas personas y menos para otras. La elección de qué tipo es el mejor para ti se reduce a los motivos y objetivos de la inversión, de la cantidad que estés dispuesto a adquirir y del valor potencial de su reventa.
Una de las desventajas de las monedas es que la prima es generalmente un poco más alta que el precio de contado del metal, sobre todo debido a su cobrabilidad y rareza. Además, se consideran más un objeto de colección que los lingotes y es posible que nos encontremos con muchas monedas “basura” que se pueden comprar por debajo del precio actual de mercado.
Sin embargo, las monedas tienen la gran ventaja de que son más fáciles de comprar y vender en una crisis, ya que son altamente líquidas. Por su parte, los lingotes no se consideran moneda de curso legal y su cobrabilidad es mucho menor; puede resultar más difícil operar con ellos, sobre todo si se trata de lingotes grandes y si nos encontramos en momentos de incertidumbre económica.
No obstante los lingotes, sobre todo los de oro y plata, generalmente tienen una prima menor sobre el precio de contado. Es por este motivo que a menudo son preferidos por los inversores más serios, aquellos que está interesados en adquirir la mayor cantidad de metales preciosos posible al precio más bajo. En comparación con las monedas, los lingotes son más ventajosos en este sentido.
Teniendo en cuenta esta información, deberíamos ser capaces de decidirnos por una u otra forma de inversión. En resumen, si queremos cobrabilidad, las monedas son la opción adecuada; si queremos una prima menor, deberíamos decidirnos por los lingotes.
Helena Fernández